Estefania Ruiz
Todo un arte resulta la fabricación de las famosas calaveritas de azúcar que, en esta temporada de Día de Muertos, invaden mercados y tianguis del país, para llegar a las tradicionales ofrendas que se colocan en nuestros hogares, escuelas, museos y negocios.
No sólo su sabor, también su aroma a “dulce” invaden los lugares donde se colocan.
Por supuesto, lo ideal es buscar la calaverita que lleva nuestro nombre o el de algún ser querido, sea que esté “vivito y coleando” o que ya haya partido de este mundo y se le recuerda con cariño. Foto: El Souvenir